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Abordando la pobreza en México: Un desafío multidimensional y profundo



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En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, la Dra. Jeannette Arriola Sánchez explora las dimensiones culturales y espirituales de este fenómeno multidimensional con un enfoque específico en las comunidades indígenas.

La pobreza en México es un fenómeno que ha persistido durante décadas, afectando a millones de personas en el país. A pesar de los esfuerzos realizados en la última mitad del siglo XX y en el siglo XXI para combatirla, este problema continúa siendo un desafío complejo y multifacético. Si bien la pobreza afecta a mexicanos de todos los ámbitos de la vida, en esta ocasión nos enfocamos en analizar las causas subyacentes de la pobreza en México en general y las implicaciones específicas para las comunidades indígenas.

La pobreza, en palabras del renombrado economista Amartya Sen, no es simplemente la falta de ingresos; es la carencia de la capacidad de las personas para participar plenamente en la sociedad y enriquecer sus vidas (Sen, 1999). En este contexto, el objetivo de este artículo es llevar a cabo un breve estudio de la pobreza en México, destacando su naturaleza multidimensional y la necesidad de abordarla desde un enfoque de creación de capacidades. Además, se exploran las dimensiones culturales y espirituales de la pobreza, con un enfoque específico en las comunidades indígenas que han enfrentado históricamente desigualdades significativas y marginación en el país.

Pobreza en México: Un desafío persistente

La pobreza en México ha persistido a lo largo de su historia y ha sido objeto de debate y análisis continuos. Aunque el país ha experimentado un crecimiento económico en las últimas décadas, sus beneficios no se han distribuido de manera equitativa. Esto se refleja en las estadísticas de pobreza, que indican que una proporción significativa de la población mexicana sigue viviendo en condiciones precarias.

Por citar una de las más importantes, la medición de la pobreza en México encuentra gran parte de su sustento en el ingreso per cápita. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2022), entre 2018 y 2022 el porcentaje de la población en situación de pobreza a nivel nacional pasó de 41.9 a 36.3 %, lo que representó un cambio de 51.9 a 46.8 millones de personas.

En otras palabras, en 2022, aproximadamente 36 de cada 100 personas en México presentaban al menos una carencia social y tenían un ingreso mensual insuficiente para adquirir alimentos, bienes y servicios necesarios (valor de las canastas alimentaria y no alimentaria).

Si bien estos resultados pueden resultar alentadores, es importante mencionar que desde hace 14 años en México se ha establecido la necesidad de evaluar la pobreza como una problemática multidimensional, es decir, que además de considerar la insuficiencia de los recursos económicos, utiliza varias dimensiones adicionales sobre las cuales debe focalizarse la política social.

Bajo estos parámetros, un indicador alarmante ha sido el incremento de personas que carecen de acceso efectivo a servicios de salud, pasando de 16.2 a 39.1 % entre 2018 y 2022, es decir, de 20.1 a 50.4 millones de personas.

Es importante señalar que la pobreza en México no es uniforme. Existen diferencias significativas en la incidencia de la pobreza entre las áreas urbanas y rurales, así como entre los estados del país. Además, algunas poblaciones enfrentan un riesgo mayor de caer en la pobreza y aquí es donde la cuestión indígena cobra relevancia.

Pobreza en las comunidades indígenas

En México no todas las personas pobres son indígenas, pero la gran mayoría de las personas indígenas padecen graves condiciones de pobreza. Sin lugar a duda, las comunidades indígenas en México han enfrentado históricamente condiciones de pobreza desproporcionadas.

A menudo, estas comunidades se ubican en áreas rurales y remotas, donde el acceso a servicios básicos, educación y atención médica es limitado. Además, la discriminación y la marginación históricas han exacerbado las condiciones de pobreza que enfrentan.

Las causas de la pobreza en las comunidades indígenas son diversas y profundas. Una de las principales causas históricas ha sido la pérdida de tierras y recursos que fueron arrebatados a estas comunidades. Durante la colonización española y la expansión del México moderno, las tierras que tradicionalmente pertenecían a los pueblos indígenas fueron usurpadas, lo que los dejó sin la base de su sustento. Esta pérdida de tierras y recursos ha debilitado su capacidad para satisfacer sus necesidades básicas y ha contribuido a la perpetuación de la pobreza.

Otra causa de la pobreza en este sector de la población es la discriminación y la marginación. A lo largo de la historia de México, las poblaciones indígenas han enfrentado estigmatización y exclusión en diversas formas. Esto se ha traducido en un acceso limitado a oportunidades educativas, de empleo y de participación en la vida política y social del país. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis, 2017), un tercio de nuestro país (34.1 %) cree que la pobreza de las personas indígenas se debe a su cultura (Conapred, 2018).

Este dato es sumamente preocupante, ya que la cultura indígena es rica en tradiciones, conocimientos ancestrales y prácticas espirituales que han guiado a estas comunidades y a México entero, a lo largo de los siglos.

La desconexión con nuestras raíces culturales y espirituales erosiona la autoestima y el sentido de identidad de nuestro país, contribuyendo así a la perpetuación de los ciclos de pobreza no solo para las comunidades indígenas, sino también para la población en general.

¿Cómo abordar la pobreza en México?

La teoría de la creación de capacidades, desarrollada por el economista Amartya Sen, ofrece un enfoque valioso para abordar la pobreza en México tanto en su contexto general como en el específico de las comunidades indígenas y sostiene que la pobreza no se puede reducir simplemente a la falta de ingresos; es la falta de la capacidad de las personas para llevar vidas que consideren valiosas (Sen, 1999).

La creación de capacidades se refiere a la expansión de las oportunidades y la mejora de la libertad que las personas tienen para llevar a cabo la vida que desean. Implica empoderar a las personas para que tomen control de sus propias vidas y tengan la capacidad de participar plenamente en la sociedad. En este sentido, la creación de capacidades va más allá de proporcionar servicios básicos y oportunidades económicas; se trata de permitir que las personas ejerzan su libertad y tomen decisiones que enriquezcan sus vidas.

Para aplicar la teoría de la creación de capacidades en el contexto de la pobreza en México, es esencial reconocer que no existe una solución única. En el caso de las comunidades indígenas, esto implica la implementación de políticas y programas que respeten sus derechos a la tierra y los recursos, así como el fomento de oportunidades educativas que valoren y promuevan la cultura indígena. La educación es fundamental para empoderar a estas comunidades, brindándoles las herramientas necesarias para participar en la sociedad y tomar decisiones informadas.

La creación de capacidades también implica garantizar que las comunidades indígenas tengan acceso a servicios de salud adecuados y atención médica. Esto es fundamental para mejorar su calidad de vida y para garantizar que puedan ejercer plenamente su libertad de vivir una vida saludable y plena.

Un enfoque holístico para el desarrollo - La experiencia de Pro México Indígena

La Fundación Pro México Indígena / Pro Mazahua es una organización de la sociedad civil mexicana que ha dedicado sus más de dos décadas de trabajo a la mitigación y eliminación de las barreras que restringen el desarrollo desde un enfoque holístico. En este sentido, para Pro México Indígena la pobreza es un problema complejo y multifacético que requiere soluciones integrales.

Este enfoque integral implica no solo abordar las causas materiales de la pobreza, como la falta de acceso a servicios básicos, sino también incorporar dimensiones espirituales y culturales en el proceso de desarrollo. Esto significa reconocer la importancia de la tierra, las costumbres, las tradiciones y demás expresiones culturales como medios para preservar y fortalecer la vida de estas comunidades en el contexto del desarrollo.

La Fundación ha logrado evaluar con éxito y comprobar que este enfoque es sumamente efectivo para combatir la pobreza, por lo que más del 90 % de sus beneficiarios ya han superado estas barreras, desarrollando las capacidades que necesitan para sus contextos particulares.

Si bien estos buenos resultados representan el cúmulo de voluntades de todos los sectores de la sociedad, vale la pena destacar una de las piezas centrales de estos logros: la participación activa de las comunidades indígenas en la toma de decisiones. Para que el desarrollo sea genuinamente inclusivo y respetuoso de sus necesidades y aspiraciones es esencial que las comunidades indígenas tengan voz y voto en las decisiones que afectan sus vidas.

El abordaje de la pobreza en México, específicamente su impacto en las comunidades indígenas, nos desafía a no conformarnos con meras observaciones académicas. En lugar de limitarnos a describir un problema, debemos comprometernos a ser agentes de cambio en la búsqueda de soluciones audaces y efectivas.

El trabajo de la Fundación Pro México Indígena nos demuestra que la transformación es posible. Su enfoque en la organización comunitaria, la creación de medios de vida y la creación de capacidades ofrece un modelo que trasciende la pasividad. Es un llamado a la acción que nos insta a abandonar la complacencia y a abrazar la responsabilidad de generar un impacto real.

En última instancia, este enfoque transformador es una invitación a la acción. No podemos quedarnos atrapados en la retórica vacía ni en la mera observación de la pobreza. Debemos ser los agentes de cambio que desafían las convenciones y se atreven a trazar un nuevo camino. En lugar de ser víctimas de las circunstancias, podemos ser arquitectos de un futuro más equitativo y próspero para México y sus comunidades indígenas. La pobreza no es un destino, es un desafío que podemos superar si estamos dispuestos a ser visionarios y disruptivos en nuestra búsqueda de soluciones innovadoras y duraderas.

Bibliografía:

  • Sen, A. (1999) Desarrollo y libertad. Editorial Planeta. ISBN 840803524X, 9788408035244
  • Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). (2022). Documento de Análisis sobre la Medición Multidimensional de la Pobreza, 2022. Recuperado de: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Documents/MMP_2022/Documento_de_analisis_sobre_la_medicion_multidimensional_de_la_pobreza_2022.pdf
  • Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). (2018). Encuesta Nacional sobre Discriminación. Prontuario de resultados. Recuperado de: http://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/Enadis_Prontuario_Ax.pdf

Más información:
Facultad de Responsabilidad Social
Cátedra de Investigación Carlos Slim Helú para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas de México
Dra. Jeannette Arriola Sánchez
jeannette.arriola@anahuac.mx