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Más allá del bloqueo israelí, donde el hambre es un arma

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Desplazados por la incursión israelí en la franja de Gaza buscan recibir ayuda en el campo de refugiados de Rafah. Foto Xinhua.
14 de marzo de 2024 21:17

Tel Aviv. En Jordania, diligentes trabajadores empacan ayuda procedente de todo el país –y del mundo– en paletas que esperan sean entregadas a Gaza por tierra y aire. Hay 10 almacenes retacados de comida y suministros médicos, agua limpia y productos higiénicos, así como albergues, frazadas y ropa. Las etiquetas muestran que la ayuda viene de países de todo el globo, así como de las principales agencias y organizaciones de ayuda.

La necesidad en el minúsculo enclave sitiado, en particular en el norte, arrasado por la guerra, no tiene precedentes, según Naciones Unidas, la cual ha advertido que la cuarta parte de la población de 2.3 millones de habitantes está a un paso de la hambruna. Los niños ahora mueren por hambre y enfermedades, no sólo por el bombardeo israelí.

Esta ayuda, a 150 kilómetros del norte de Gaza, podría salvar vidas. Si pudiera llegar completa allá.

La Coordinación de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT), la unidad del ministerio israelí de defensa a cargo de la coordinación con los palestinos, ha declarado a The Independent que Israel está “comprometido activamente en tareas significativas para facilitar la entrega de ayuda humanitaria”. Con frecuencia publica en X/Twitter que “no hay límites a la cantidad de ayuda humanitaria que puede entrar en Gaza”.

Sin embargo, agencias de la ONU, de derechos humanos y organizaciones de ayuda, así como entidades filantrópicas privadas, han acusado en entrevistas con The Independent a Israel, que controla todo lo que entra en la franja, de estrangular, y en algunos casos bloquear, la ayuda con un “sistema kafkiano” que tiene un efecto devastador. Un funcionario de la ONU afirma que la inminente hambruna en la franja sitiada es “creada por el hombre y causada en primera instancia por el acceso restringido”.

“Tenemos almacenes totalmente llenos que están allí esperando el envío a Gaza en distintas formas”, señala un alto funcionario de ayuda humanitaria en el terreno en Jordania, quien pidió no ser nombrado por temor a represalias. “Uno de los principales obstáculos son los procedimientos de inspección que los israelíes siguen en las fronteras. Nunca nos dan una lista clara de qué artículos se permite entrar a Gaza y cuáles no; es una lista fantasma.

“A veces recibimos aprobación para cruzar hacia Israel, y cuando llegamos al cruce nos dicen que no”, añade.

El funcionario señala que el efecto en Gaza es devastador. “Durante la guerra tenían miedo de morir en un bombardeo. Ahora mueren por falta de agua, comida y medicinas”.

Israel lanzó el bombardeo más intenso de la historia en Gaza y un “sitio total” en represalia por el sangriento ataque de militantes de Hamas en el sur israelí el 7 de octubre, en el que fueron asesinadas unas mil 200 personas y otras 250 capturadas como rehenes, entre ellas niños pequeños. En Gaza permanecen hasta 136 de los rehenes, de los cuales se desconoce cuántos siguen vivos.

El bombardeo israelí ha dado muerte a más de 31 mil palestinos, en su gran mayoría mujeres y niños, de acuerdo con funcionarios palestinos de salud en la franja, gobernada por Hamas. Por lo menos 60 por ciento de los hogares y edificios de Gaza han sido dañados o destruidos. Más de tres cuartas partes de los habitantes de la franja han sido desplazados.

Esta situación ha conducido a una crisis humanitaria “sin precedente”, según Naciones Unidas. Al empeorar las condiciones, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha ordenado a Israel tomar todas las medidas a su alcance para prevenir actos de genocidio, entre ellos asegurar que llegue la ayuda a los palestinos sitiados.

 

Crisis creada por el hombre

El jefe diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, dijo este martes al Consejo de Seguridad de la ONU que la crisis “no fue un desastre natural… fue creada por el hombre.

“El hambre se está utilizando como arma de guerra”, añadió, acusación que también hace Human Rights Watch, la cual afirma que ello constituye un crimen de guerra. Israel lo niega.

Cientos de miles de personas están ahora a un paso de la hambruna, y las enfermedades cunden, según las agencias, en particular en el norte de la franja, adonde sólo llega un puñado de la ayuda. Allí, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que, debido a la escasez de comida, higiene y agua limpia, la sexta parte de los niños menores de dos años padecen desnutrición aguda y 3 por ciento muestran severo desgaste muscular. Funcionarios del ministerio palestino de salud han señalado que por lo menos 25 personas han muerto de desnutrición y deshidratación. El doctor Mohammed Salha, en el hospital Al-Awda, en el norte de Gaza, afirmó que las embarazadas están teniendo abortos debido a la desnutrición.

Esto no debería ocurrir, declaran funcionarios de la ONU, porque Gaza, que tiene apenas 42 kilómetros de largo y en algunos puntos apenas 10 de ancho, debería ser accesible a las entregas de ayuda. Existe por lo menos media docena de cruces en las fronteras con Israel y Egipto, pero la mayoría se cerraron después de los ataques del 7 de octubre. Ninguno está abierto en el norte, donde 300 mil personas viven en una zona que experimenta una de las catástrofes humanitarias más agudas que hay en el mundo hoy día.

“Esta hambruna inminente es originada por el hombre y provocada en principio por el muy lento y limitado acceso a la comida en la franja de Gaza, en especial en el norte”, sostiene Tamara Alrifai, de la agencia de la ONU para refugiados palestinos, Unrwa, la mayor agencia de Naciones Unidas que opera en ese territorio.

Foto Xinhua

“Ahora, toda la población en Gaza depende casi en exclusiva de un puñado de asistencia humanitaria, en especial porque la línea de abastecimiento comercial sigue siendo interrumpida en gran parte”, agrega Alrifai.

La Unrwa dijo a The Independent que en febrero entraba en Gaza un promedio de 99 camiones con ayuda humanitaria al día, casi la mitad de los que lo hacían en enero. Ambas cifras quedaban muy por debajo de los 500 camiones de suministros (comerciales y humanitarios) que entraban en la franja cada día antes del conflicto.

La COGAT ha rechazado la afirmación de que ha habido un descenso en el número de camiones autorizados. Señala que, antes de la guerra, se permitía la entrada de unos 70 camiones cargados de comida cada día, y que ahora el promedio es de 102, un incremento de 42 por ciento, según sus estadísticas. Sin embargo, esas cifras no toman en cuenta el abasto comercial de alimentos, que se ha interrumpido, y el enorme incremento en la dependencia de la ayuda del exterior.

 

Daños en 42 por ciento de la tierra cultivable

La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) informó hace dos semanas que la producción de alimentos de Gaza antes de la guerra permitía la autosuficiencia en la mayoría de las frutas y verduras, pero que el conflicto ha “perturbado severamente esa condición”. De acuerdo con la agencia, 42 por ciento de la tierra cultivable en Gaza ha sufrido severo daño. Hacia fines de enero, todas las aves de corral habían sido sacrificadas o murieron debido a la falta de agua y alimento, mientras se estima que 70 por ciento del ganado caprino ha perecido. La pesca se ha paralizado y las panaderías han sido bombardeadas. La ayuda es la única forma en que muchos pueden comer.

Los convoyes de ayuda que logra entrar en Gaza reportan que los ha alcanzado el fuego israelí. El 5 de febrero, la Unrwa informó que uno de sus convoyes fue impactado por el proyectil de un tanque. Los militares israelíes sólo han dicho que investigan el incidente. El miércoles, la agencia indicó que un ataque israelí en uno de sus centros de distribución en Rafah causó la muerte de un empleado de la ONU e hirió a otros 22. Los militares aseguraron que en el ataque murió un operativo de Hamas. La OMS también ha reportado que los convoyes han “sido atacados y amenazados”.

Si los cargamentos que son aprobados para entrar a Gaza a través de los cruces del sur tratan de encaminarse al norte, son detenidos con frecuencia en los retenes israelíes y no se les permite continuar, declaran múltiples funcionarios de la agencia de la ONU que fueron entrevistados.

La Unrwa señaló que la mitad de sus solicitudes para llevar agua, alimentos y suministros médicos al norte han sido rechazados por Israel desde el principio de la guerra, en octubre. La organización no ha podido llegar al norte de las zonas sitiadas desde el 23 de enero, pese a repetidas peticiones.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) entregó comida al norte de Gaza este martes, por primera vez en tres semanas. Antes de eso, sólo había logrado hacer pasar siete convoyes al norte desde principios de año. Señaló que su último intento, el 5 de marzo, fue devuelto y desviado por un retén israelí.

La OMS comentó que sólo tres de 16 misiones hacia el norte de Gaza recibieron luz verde israelí en enero y ninguna en febrero. Su primer viaje autorizado a los hospitales Al-Awda y Kamal Adwan desde el principio de la guerra fue el 1º de marzo.

“Si el sistema funcionara, se podría hablar de 10 a 15 misiones hacia el norte cada día. Eso no ocurre ahora”, dijo Richard Peeperkorn, representante de la ONU en el territorio palestino ocupado.

En respuesta a preguntas de The Independent sobre por qué los militares israelíes han restringido el acceso hacia el norte, éstos señalaron: “La FDI (fuerza de defensa israelí) realiza operaciones humanitarias y seguirá haciéndolo. Las decisiones sobre los lugares y fechas se basan en evaluaciones de la situación”. Sometidos a creciente presión después del ataque israelí al centro de ayuda de Unrwa, los militares dijeron este jueves que continúan “expandiendo sus esfuerzos” para permitir la ayuda en Gaza, de los cuales el más reciente es facilitar la entrega de un cargamento marítimo procedente de Chipre. Israel desea que la UNRWA sea desmantelada, pues la acusa de apoyar a Hamas, cosa que la organización niega con vehemencia.

Entre tanto, la COGAT negó que restrinja el acceso hacia el norte, y añadió que algunos cargamentos no se entregaron debido a “intensos combates” en la zona. Aseguró que en las dos semanas recientes “ha aprobado y coordinado más de 250 camiones de ayuda humanitaria para el norte de la franja de Gaza”. No especificó qué grupos de ayuda fueron responsables de esos camiones ni dónde se hicieron las entregas.

 

Convoyes de ayuda humanitaria bajo fuego y amenazas

Sin embargo, organizaciones de ayuda afirman que los meses de estrangulación de suministros y la falta de una seguridad adecuada para los convoyes no sólo han conducido a niveles de hambre sin precedente, sino a un colapso de la ley y el orden. El PMA señaló que tuvo que suspender brevemente los convoyes el mes pasado; entre las razones que dio estaba que se veían abrumados por gente hambrienta en las zonas más duramente golpeadas.

La OMS comenta que la situación es caótica, que nada recibe las facilidades adecuadas y que los combates han destruido gran parte de los caminos en la zona. Un camión llega a requerir dos días para hacer un recorrido que antes de la guerra era de media hora. Esto, si los camiones pueden obtener los permisos.

“No hay ninguna necesidad de que estos convoyes estén tan inseguros y corran tantos riesgos”, señaló Peeperkorn, de la OMS. “Se necesita un mecanismo de reducción del conflicto que funcione, de modo que los trabajadores humanitarios puedan cumplir su función con seguridad. Hemos tenido convoyes que sufren tiroteos y amenazas”.

Algunos países, como Jordania, Estados Unidos, Gran Bretaña y Egipto, han recurrido a dejar caer paquetes de ayuda en las zonas menos accesibles, aun cuando las agencias, entre ellas el PMA, afirman que es un método dolorosamente ineficiente, costoso e incluso peligroso, que debería ser “el último recurso”. El vienes pasado se informó que cinco palestinos murieron cuando una paleta con suministros se estrelló en un edificio porque su paracaídas no se abrió. No hay garantías de que la comida, que literalmente cae del cielo, llegue a los más vulnerables, como son los heridos, incapacitados o débiles. Médicos internacionales que trabajan en Gaza han dicho a The Independent que les preocupa que los alimentos contenidos en esos paquetes –como arroz, galletas y productos enlatados– no se administren de forma adecuada a personas severamente desnutridas, lo que pondría en riesgo su vida porque sus organismos no están acostumbrados a ellos.

También se abrió esta semana una ruta por mar hacia el norte de Gaza desde Chipre. Una misión piloto coordinada por los chipriotas, financiada por Emiratos Árabes Unidos y operada por la organización estadunidense World Central Kitchen y el grupo español Open Arms, envió una barcaza cargada con 200 toneladas de alimentos a Gaza el martes pasado.

Por separado, Estados Unidos, que da a Israel miles de millones de dólares en asistencia militar cada año, está construyendo un muelle en el norte de Gaza, para permitir la entrega de ayuda por esta nueva ruta marítima.

Jens Laerke, vocero de la oficina humanitaria de la ONU, dijo que toda entrega adicional de ayuda es bienvenida, pero que las rutas aérea y marítima no pueden “ser sustitutos del transporte de alimentos por tierra”.

Peeperkorn, de la OMS, coincide en ello y afirma que la ONU está lista. “Necesitamos más puntos de entrada por tierra hacia Gaza en el norte, y también más puntos de acceso dentro de la franja”.

 

Obligaciones de la potencia ocupante

Alrifai, de la Unrwa, añadió que, conforme al derecho internacional, Israel debe permitir, como potencia ocupante, el acceso a ayuda suficiente. “Abrir y utilizar más cruces fronterizos por tierra es la forma más efectiva, eficiente y económica de enviar la ayuda tan necesaria”, expresó. “Israel debe cumplir con el derecho humanitario internacional y permitir suficientes suministros alimentarios, médicos y otros artículos en la franja. También es lo que ordenó la CIJ”.

Sin embargo, otra barrera es no sólo el acceso a Gaza, sino a qué artículos se permite ingresar. De acuerdo con una docena de entrevistas con agencias de la ONU, las organizaciones filantrópicas palestinas, internacionales e israelíes, así como individuos que manejan iniciativas privadas y parlamentarios británicos que han presentado solicitudes de libertad de información en Gran Bretaña, Israel “niega arbitrariamente” el ingreso de una serie de artículos salvadores de vida porque los cataloga en riesgo de “uso dual” para la guerra por los militantes. Entre estos artículos están algunos que forman parte de un producto más grande, como un gas específico que se requiere para una máquina de tomografía, o una batería para paneles solares.

 

Dátiles, baterías y morfina, entre lo que Israel prohíbe

Compilados a partir de entrevistas con The Independent, entre los artículos cuya entrada se ha impedido en forma intermitente o permanente se cuentan: algunos embarques de dátiles porque tienen piedras, postes de metal para tiendas de campaña, máquinas y medicamentos de anestesia, rayos X portátiles, máquinas de ultrasonido y resonancia magnética y/o sus partes de repuesto, paneles solares, generadores, baterías, dispositivos de ultrasonido, plumas de insulina, ventiladores, lápices (pero no plumas), morfina y tabletas para purificar agua.

El jefe de la Unrwa, Phillipe Lazzarina, señaló esta semana que un camión con ayuda fue devuelto porque contenía tijeras usadas en paquetes médicos para niños. Añadió que por “uso dual” se prohibieron artículos ya empacados, como anestésicos, tanques de oxígeno, medicinas para el cáncer y paquetes de maternidad.

Foto Europa Press

También se ha restringido ayuda donada por Gran Bretaña. La doctora Rosena Allin-Khan, parlamentaria de ese país, señaló que la unidad israelí COGAT ha evitado que mil 350 filtros para agua y 2 mil 560 lámparas solares entren en Gaza. La doctora Allin-Khan presentó una solicitud de libertad de información a la oficina británica del exterior, y compartió la respuesta del gobierno en sus redes sociales. Señaló que nada se ha hecho para atender el tema del rechazo de artículos “de supuesto uso dual”, que ha conducido a que “a camiones llenos de ayuda salvadora de vida se les niegue arbitrariamente el acceso.

“He escuchado terribles informes de niños que comen hierbas para atenuar el dolor del hambre. Hay relatos de recién nacidos que mueren de desnutrición. Entre tanto, las autoridades israelíes obstruyen y rechazan ayuda vital en la frontera”.

La doctora Allin-Khan agregó que Gran Bretaña debe presionar a Israel para que “ponga fin a barreras irracionales a la ayuda y evite la inminente catástrofe humanitaria”, incluyendo insistir en un cese del fuego.

La COGAT manifestó que “condena con vehemencia las falsas acusaciones” de que estrangula la ayuda. En una declaración enviada el fin de semana, aseguró que, según sus estadísticas, mil 543 camiones han entrado en Gaza desde octubre, con 18 mil 500 toneladas de equipo médico, así como 2 mil 347 camiones cargados con 38 mil 820 toneladas de provisiones para albergues.

La COGAT afirma que entre esos artículos hay algunas máquinas de rayos X, de tomografía, generadores de oxígeno y anestésicos para hospitales. The Independent ha solicitado precisiones sobre cuántas máquinas se ha autorizado entrar en Gaza, pues funcionarios palestinos de salud han dicho que no entran suficientes. Se espera una respuesta.

La COGAT sostuvo que publicó en 2008 su lista de uso dual, la cual asegura que es clara y accesible al público en general. Afirmó que “no se niega de inmediato la entrada de esos artículos en Gaza”, sino que “se sujetan a evaluación de seguridad”.

Sin embargo, funcionarios y trabajadores de agencias filantrópicas sostienen que la lista de 2008 es obsoleta y que, en realidad, el proceso es impredecible y errático, con reglas nuevas y confusas que no se han hecho públicas.

Un alto funcionario de ayuda en Jordania afirmó que no existe un procedimiento regular de operación y nadie sabe qué se permite y qué no, o cuántos camiones serán autorizados cada día. Añadió que se ven obligados a trabajar por prueba y error: “Si se rechaza un artículo lo tachamos de las listas futuras, aunque no esté formalmente prohibido”.

Por ejemplo, dos altos funcionarios de ayuda dijeron a The Independent que un embarque de dátiles fue prohibido porque llevaba piedras, pero otros pudieron pasar. La respuesta de la COGAT fue que se había autorizado la entrada de 500 toneladas de dátiles desde el principio de la guerra.

Otro trabajador de ayuda de una importante agencia internacional, que pidió no ser nombrado, señaló que a veces han tenido que hacer arduas gestiones para permitir el acceso de algún artículo antes prohibido.

Peeperkorn, de la OMS, indicó que aun cuando logran la entrada de un artículo, “el proceso es enorme, un prolongado enredo burocrático”. Otro funcionario de la ONU señaló que los requisitos de cómo presentar las solicitudes cambian todo el tiempo y que no hay fechas fijas. Se han mostrado a The Inependent documentos que muestran ese hecho.

El grupo israelí de derechos Gisha ha presentado varias solicitudes de libertad de información a la COGAT con respecto a este tema. Miriam Marmur, directora de gestión de gestión pública de Gisha, aseveró que la definición israelí de uso dual “excede con mucho la norma reconocida internacional”. Indicó que eso no es algo necesariamente nuevo. Gaza ha estado sujeta a un bloqueo de 17 años, impuesto por Israel y Egipto después de que Hamas, catalogado como organización terrorista por Estados Unidos, asumió violentamente el control de la franja.

“Al mismo tiempo, muchos de los artículos que se reportan como bloqueados no aparecen en las listas de uso dual de Israel. Hay muy poca transparencia en la política israelí, pero lo que está claro es que artículos vitales para la respuesta humanitaria están siendo bloqueados”, expresó.

Marmur afirma que la incertidumbre con respecto a la política israelí actual “continúa después de años de ofuscación con respecto a qué exactamente califica como uso dual”.

 

Semanas de espera

Entre tanto, los convoyes tienen que esperar en la frontera de Egipto con Gaza, a veces semanas, y a menudo después de pasar múltiples revisiones en distintos retenes, que hacen más lento el proceso. “Hay miles de camiones con comida formados en toda la ruta. Algunos han tardado dos meses en pasar”, refiere Amed Khan, filántropo estadunidense que tiene una red que envía ayuda a Gaza a través del cruce de Rafah y que ha enfrentado significativas demoras en sus convoyes. “Debería tardar dos horas (pasar las revisiones), pero a veces tarda dos semanas esperar en todos los retenes, las paradas, descargar y volver a cargar”, explica.

Preguntó por qué se ha permitido que Israel controle todo el proceso. “¿No hay otras autoridades confiables en el mundo que puedan supervisar la entrega de artículos humanitarios, para evitar la muerte de miles de seres humanos inocentes?”

Todo esto tiene un impacto directo en Gaza, donde la gente muere de hambre. El doctor Salha, que trabaja en la unidad de maternidad que a duras penas funciona en el hospital Al-Awda, en el norte de Gaza, describió escenas desesperadas en las que incluso los médicos, junto con sus pacientes, se ven obligados a consumir alimentos para animales con tal de sobrevivir, y realizan cesáreas con anestesia limitada.

“Tenemos cada vez más casos de desnutrición cada día. La ayuda que cae de los aviones no basta y sólo los jóvenes aptos pueden recogerla. Necesitamos que llegue más al norte de Gaza”, expresó.

“Esta situación es crítica. Por favor, traigan de todo a Gaza, al norte, porque quedan ya pocos signos de vida”.

 

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

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