El lunes planteé aquí que ante la tercera intervención a la Comisaría de Seguridad de Teocaltiche el viernes pasado, y la enésima acción similar en más de una veintena de otros municipios conflictivos de la entidad en la última década sin que nada mejorara, habría que esperar para ver si esta vez sí había una repercusión importante que combatiera el infierno de violencia que sufren los habitantes de ese municipio desde hace años.Aunque hasta ahora no se ha dado ningún reporte oficial de lo que se encontró en la revisión de los exámenes de control y confianza y los registros y folios de su armamento, ni documentado quiénes y cuántos son los policías al servicio de los grupos del crimen organizado que se disputan el control de la región, es innegable que pese a que los policías de Teocaltiche siguen patrullando, los operativos que aparte están haciendo policías estatales, con elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano han dado de qué hablar los cinco días que llevan como principales responsables de tratar de pacificar este municipio enclavado en la zona de guerra que en repetidas ocasiones se convierte la región Altos Norte de Jalisco.Seguramente molestos por su presencia, las milicias del narco atacaron el mismo día de su llegada a los policías estatales sin causarles ninguna baja; se ha decomisado armamento y explosivos; pero sin duda lo que más ha llamado la atención es haber descubierto y desactivado tres centros de videovigilancia montados por grupos del crimen organizado. Sin duda apagar estos centros, que eran una especie de Big Brother del narco para tener ojos y oídos las 24 horas de los puntos estratégicos de Teocaltiche, es un punto a favor de estas brigadas policiales-militares, pero sobre todo una buena noticia para los pobladores. No es la primera vez que se da un hallazgo de este tipo, pero sin duda es la prueba de la evolución que han tenido por la tecnología de última generación que está empleando la delincuencia organizada en sus operaciones, y que no pudiera haberse sofisticado a ese nivel sin la complicidad policial, que les permitió incluso instalar videocámaras en las calles que vigilan.El primer antecedente de espionaje delincuencial en aquella región, se dio en el 2010 en el municipio de Lagos de Moreno y Ojuelos. Y en el 2020 se encontró otro centro de videovigilancia criminal que operaba en San Juan de los Lagos. Mientras quedamos en espera de saber si la autoridad descubre si estos Big Brothers eran del Cártel de Sinaloa, que domina aún ese municipio, o del cártel Nueva Generación que quiere arrebatarle la hegemonía criminal, mañana retomamos el tema para recordar cómo la infiltración y el espionaje delincuencial pasó, en una década, de la audiovigilancia a la videovigilancia por la complicidad y corrupción de los gobiernos con el crimen organizado. jbarrera4r@gmail.com
