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2019, ladiaria
Las empresas transnacionales, organizadas en cadenas globales de valor (CGV), dominan actualmente la economía global. Impulsadas por la demanda asiática –sobre todo china–, crecieron hasta la crisis financiera mundial de 2008 y el subsecuente drástico descenso del comercio mundial. Aunque alguna recuperación tuvo lugar, la tendencia desde 2011 es al declive de la fragmentación global de la producción. Es decir, las CGV parecen haber alcanzado su madurez desde 2011. La expansión de las CGV permitió que países en desarrollo participasen en la división internacional del trabajo. Pero no basta con participar en una CGV. No todos sus eslabones tienen la misma capacidad para crear valor. El Mercosur ocupa los primeros lugares a nivel mundial de la “parte baja” de las CGV, pero no logró “escalar” hacia eslabones más complejos y sofisticados. El aprovechamiento de la inserción en una CGV depende en buena medida de las políticas de desarrollo que se apliquen.Éstas deben tener en cuenta las revoluciones tecnológicas. Considerando el marco conceptual descrito es que se debe analizar la propuesta programática que el Frente Amplio (FA) aprobó recientemente y que levanta en la actual campaña electoral para obtener un cuarto gobierno en Uruguay. La transformación de la matriz productiva se impone, por tanto, como una necesidad ineludible y obliga a hacer los mayores esfuerzos de diagnóstico y prospección. Si hace 15 años la vinculación entre la ciencia, la tecnología y la innovación para dar base a un proyecto de país productivo se planteaba como necesaria, en la actualidad resulta insoslayable. Y debería, a la luz de lo analizado, ser incluida en la agenda política de modo urgente.
La sexta revolución tecnológica, llamada de Bioeconomía, está actualmente en su fase de surgimiento sobre la base de la revolución digital y caracterizada por el desarrollo sustentable y las aplicaciones a la matriz productiva de la biotecnología y nanotecnología. La Bioeconomía es una propuesta de modelo de desarrollo basado en los recursos naturales renovables. De la revisión del concepto de Bioeconomía, pueden resaltarse diferentes miradas que se interconectan y se influencian y que tienen como punto en común la certeza que el modelo de desarrollo imperante en la economía mundial no es sostenible en el futuro. La Bioeconomía busca conjugar la utilización sustentable de la biomasa con la aplicación de nuevas tecnologías, como la biotecnología, la nanotecnología y bioinformática, o de viejas tecnologías renovadas, como la química verde. Se propone la industrialización de las economías a partir de la biomasa, poniendo por delante la seguridad alimentaria. También se propone el desarrollo de la economía de servicios poniendo el énfasis en los servicios intensivos en conocimientos ligados a los recursos naturales. La digitalización en curso tiene un papel importante en la Bioeconomía, así como la economía circular. De esta forma, la Bioeconomía como modelo de desarrollo se inserta en el debate actual sobre el desarrollo basado en recursos naturales. Los actores relevantes del desarrollo de la Bioeconomía, son las Cadenas Globales de Valor (CGV), las Cadenas Regionales de Valor (CRV), el Estado y otros actores del Sistema Nacional de Innovación. La conjunción de todos estos actores globales, regionales y nacionales son esenciales para lograr que la explotación de los recursos naturales pueda ser positiva para el crecimiento avanzando en la incorporación y generación de tecnología, la diferenciación de productos, el procesamiento local y la difusión de encadenamientos y derrames. Resaltan cinco estrategias nacionales de Bioeconomía. En países como Alemania que disponen de pocos recusos naturales y una gran fortaleza tecnológica y empresarial; en países con importantes recursos naturales como Argentina, Brasil y Malasia con menores capacidades tecnológicas, pero con base empresarial en la explotación de los recursos naturales y en un país (Finlandia) con base de recursos naturales, tecnológicos y empresariales. La Bioeconomía puede ser simplemente una estrategia de “business as usual” en los países con abundantes recursos naturales si no está centrada en la diversificación productiva, la sustentabildiad y la generación de empleos de calidad. Además, el abandono de los procesos productivos lineales y su sustitución por procesos circulares ha de ser el nuevo sentido común en la gestión de la producción. Dos casos para Uruguay ilustran la aplicación más concreta de la Bioeconomía. La idea fuerza de los casos expuestos es analizar cómo está implantada la CGV en Uruguay y cuáles son las posibilidades de escalar en ellas. La mejor forma de analizar si la gobernanza de una CGV permite el escalamiento de las empresas locales es concentrarse en la forma cómo se implanta en Uruguay. Eso mismo hacemos a través de dos estudios de caso. En el caso de la Bioeconomía basada en el sector forestal, hay importantes oportunidades de futuro para producir bioproductos a partir de la biomasa de base forestal. También las hay en el caso de la biomasa agrícola para producir 2 biocombustibles aéreos. Pero sin la implantación de una estrategia clara para aprovechar dichas oportunidades difícilmente se logre escalar dentro de este paradigma. Las CGV o CRV a desarrollar por medio de la Bioeconomía están enraizadas con la inserción internacional de la región. Y éstas requerirán de dimensiones que trasciendan los procesos basados sólo en la promoción de IED en sectores primarios y en una apertura comercial indiscriminada. La política productiva y de innovación deberá estar bien orquestrada, articulando los actores que conforman y completan la cadena. Por ello, una política central es el armado de la trama de la cadenas y la detección de los actores con capacidades criticas en ella. En suma, para poder escalar dentro del paradigma de la Bioeconomía, es vital el papel activo del Estado implementando políticas públicas focalizadas en generar esos derrames esenciales para el desarrollo genuino. Es decir, el énfasis ha de ponerse en la creación de capacidades productivas e innovadoras “desde adentro”.
Revista Espacio Industrial de la Cámara de Industrias del Uruguay
Mirando al futuro: Los desafíos de la industria uruguaya en la convergencia de dos revoluciones tecnológicas (revista Espacio Industrial pag.30)2017 •
Para tener una mirada del futuro de largo plazo de la industria es útil mirar hacia el pasado a través del principio organizador de las revoluciones industriales y tecnológicas que se sucedieron desde fines del siglo XVIII. Es posible identificar cinco de esas revoluciones: desde la primera revolución industrial pasando por la cuarta revolución de producción en masa fordista hasta la actual revolución digital. La revolución de las TIC se encuentra en la fase más madura de difusión mundial y, de un redespliegue a partir de los avances de la automatización, robotización e inteligencia artificial. Las TIC se han transformado en uno de los principales vectores de innovación para el conjunto de los sectores verticales (salud, educación, administración de gobierno y sectores productivos), configurando así la Economía Digital. De esta manera representan un elemento clave de la transformación productiva. La sexta revolución tecnológica, llamada de Bioeconomía, está actualmente en su fase de surgimiento sobre la base de la revolución digital y está caracterizada por el desarrollo sustentable y las aplicaciones a la matriz productiva de la biotecnología y nanotecnología. Uruguay ha desarrollado un potente sector de software desde los años 1990 y está actualmente plenamente inserto en la Sociedad Digital, aunque mucho menos en la Economía Digital. Por otro lado, tiene serias ventajas para lograr insertarse exitosamente en la nueva revolución de bioconomía. En esta revolución, la industrialización será el motor de desarrollo, aunque no sólo. Ésta será además necesariamente sostenible y basada en el aprovechamiento productivo de la biomasa y en el avance de la producción de energías de fuentes renovables, como la solar, la eólica y de biomasa. No obstante, las cartas no están echadas. Todo depende de lo que logre hacer la industria uruguaya para generar ventajas competitivas en la nueva economía global. En ese marco, enfrenta dos opciones claras para el futuro: i. Continuar en el sendero histórico para integrarse al mundo como proveedor de alimentos y otros productos de base agropecuaria a las cadenas globales de valor existentes. Un esquema que ha servido en el pasado, pero que presenta claramente limitaciones de diversificación productiva y expectativas de bienestar hacia el futuro; ii. Planificar un nuevo rumbo pensado desde la visión de la convergencia entre la Economía Digital y la Bioe- conomía, aprovechando los recursos e inversiones que ya se tienen y que pueden servir de base para una nueva estrategia de inversiones y desarrollo.
Este estudio explora tres amplias preguntas referentes a la Cultura de Innovación en las empresas de Guanajuato: ¿Qué saben los empresarios sobre innovación y competitividad? ¿Qué hacen los empresarios para impulsar la innovación y la competitividad? ¿Qué necesitan los empresarios para desarrollar la innovación y ser competitivos? Los datos muestran, que las empresas tienen un conocimiento amplio de la innovación pero sus actividades en este rubro van de moderadas a insuficientes; la mayoría expresaron que sus principales necesidades están relacionadas con la asesoría técnica para el desarrollo de productos/servicios, de procesos administrativos, de nuevos mercados y desarrollo del capital humano.
El crecimiento económico de Uruguay en los últimos años se ha basado parcialmente en el dinamismo de las exportaciones de bienes agroindustriales, siendo el sector cárnico el principal mercado para la exportación y competidor a nivel global. Este artículo analiza desde un enfoque socio-técnico la construcción público- privada de una Plataforma de Información integrada por el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG) y el Sistema Electrónico de Información de la Industria Cárnica (SEIIC). Esta Plataforma ha permitido que Uruguay sea el único país del mundo donde el 100% del ganado bovino está registrado e identificado electrónicamente en forma individual (83% trazado) lo que permite monitorear toda la cadena de producción, y realizar un seguimiento a los animales desde el nacimiento hasta que la carne llega al consumidor. Asimismo, la acumulación de capacidades tecno-productivas generadas en el sector cárnico está permitiendo desarrollar nuevas innovaciones tecnológicas nacionales como lectores industriales de trazabilidad bovina, tipificadores de canales, y genómica
2019 •
En el presente documento se examina el alcance de la integración productiva entre la Argentina y Chile desde un enfoque insumo-producto. La oleada de transformaciones en el funcionamiento de la economía global parece reafirmar a la integración regional como una respuesta efectiva para las economías de América Latina y el Caribe frente a los desafíos de expandir y diversificar sus exportaciones en el marco de las crecientes tensiones comerciales. En el caso de la Argentina y Chile, los datos indican que, a pesar de la cercanía geográfica y la virtual liberalización del intercambio, los vínculos comerciales y productivos han tendido a erosionarse desde mediados de la década de 2000. Los resultados obtenidos también permiten señalar espacios fértiles para la complementariedad productiva que podrían examinarse en vista de una agenda de mayor integración bilateral.
Resumen: El artículo propone un marco teórico alternativo para estudiar cadenas productivas, aplicándose éste al análisis de la industria automotriz en Argentina. Para ello, se presentan indicadores que muestran dos aspectos centrales del funcionamiento de una cadena: el tipo de capital que opera en cada eslabón, y su relación con características específicas de la economía nacional. A partir de estos dos ejes se puede determinar que los capitales de la industria automotriz argentina presentan un rezago productivo creciente respecto a los estándares internacionales. La renta de la tierra, redirigida bajo distintos mecanismos, ha sido históricamente la compensación central para dicho rezago. Sin embargo, ésta es apropiada principalmente por las empresas terminales, permitiendo su valorización sin necesidad de desarrollarse tecnológicamente en el país. En este marco, es una necesidad transformar esta dinámica de funcionamiento para evitar una mayor dependencia de la otra fuente de compensación ya presente: el deterioro de las condiciones de trabajo. Palabras clave: cadena de valor, industria automotriz, Argentina. Título en inglés: Differentiation of capital and national specificities as a framework for an alternative approach to sectoral studies. The case of the automotive industry in Argentina.
Montevideo del mañana: Ciclo prospectivo para aportes al plan de desarrollo
Prospectiva Montevideo 20502019 •
ESTRATEGIA URUGUAY III SIGLO Aspectos productivos
URUGUAY III CENTURY STRATEGY Productive Aspects-ESTRATEGIA URUGUAY III SIGLO Aspectos productivos (Co-authorship-Trabajo en coautoria)2009 •
DOCUMENTOS DE PROYECTOS
Integración productiva entre la Argentina y el Brasil Un análisis basado en metodologías de insumo-producto interpaís2018 •
Cadenas globales de valor y transferencia de tecnología. Enfoque teórico
Cadenas globales de valor y transferencia de tecnología. Enfoque teórico2015 •
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Trayectoria y prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina: agenda estratégica de innovación2014 •
Ensayos sobre Desarrollo Sostenible. La dimensión económica de la Agenda 2030 en Argentina
Incentivos y trayectorias de cambio estructuralMinisterio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva
Marco conceptual y metodológico del proyecto2014 •
2011 •
2007 •
Economía y Desarrollo
International Insertion in Value Global Chains2016 •