Cuén al PAS e hijos sin cargos en la UAS. Visos de pacto o 'proyecto' rediseñado

OBSERVATORIO
    Por ponerse frente al PAS, Cuén Ojeda calcula los alcances de su pretensión de ser Gobernador de Sinaloa, para lo cual primero necesita ser candidato a Senador o Diputado federal en la elección del 2 de junio de 2024, y obtener mayoría de votos; al sacar a sus hijos de puestos de dirección en la UAS procede a corregir el error que le trae consecuencias no solo a él sino a cualquier político que involucre a la familia en sus aspiraciones y operaciones de poder.

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    Al retomar formalmente el jueves 4 de mayo la dirigencia del Partido Sinaloense, la cual ha tenido de facto siempre, Héctor Melesio Cuén Ojeda dio un primer paso en lo que parece ser la reconfiguración del “proyecto” que desde hace 20 años, cuando era Director de Bienes e Inventarios de la Universidad Autónoma de Sinaloa, se echó a cuestas. En realidad serían dos pasos torales en caso de confirmarse que sus hijos, Héctor Melesio Cuén Díaz, Director de Control de Bienes e Inventarios, y Angélica María Cuén Díaz, Directora de la Torre Académica, renunciaron a sus cargos en el Gabinete del Rector Jesús Madueña Molina.

    Por ponerse frente al PAS, Cuén Ojeda calcula los alcances de su pretensión de ser Gobernador de Sinaloa, para lo cual primero necesita ser candidato a Senador o Diputado federal en la elección del 2 de junio de 2024, y obtener mayoría de votos; al sacar a sus hijos de puestos de dirección en la UAS procede a corregir el error que le trae consecuencias no solo a él sino a cualquier político que involucre a la familia en sus aspiraciones y operaciones de poder.

    La lectura que debiera dársele a estos dos procedimientos es la de enmendar lo que el sentido común aconseja corregir, pero existe la posibilidad de que se estén tendiendo puentes de negociación, señales al menos, para que cada cosa vuelva al lugar que le corresponde: el PAS para Cuén, la exoneración de la ley para la familia de éste, y la Universidad se abra a reencarrilarse en la normalidad democrática, transparente, académica e independiente que le es consustancial.

    Al momento en que las mesas de negociación se muestran clausuradas, sin estarlo; la Universidad procede a la medición final de fuerzas contra los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, carente de la energía institucional para vencer al aparato del Estado local y nacional; la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica se dispone a presentarle a la Fiscalía General del Estado el resultado de esculcarle los bienes a la familia Cuén Díaz, siendo inevitable la correspondiente carpeta de acusación. Llegó la hora de que los actores procedan a procesar la circunstancia de cada uno desde sus campos de batalla.

    Los componentes del conflicto hacen movimientos en sus posturas conforme conviene a sus propósitos. El Gobernador Rubén Rocha Moya va a rescatar la palabra empeñada desde 2018 cuando siendo candidato a Senador se comprometió a librar a la casa de estudios de mafias políticas que la distraen de la función esencial de la academia; el Congreso le dará curso a las iniciativas de reforma de la Ley Orgánica de la UAS; la Auditoría Superior del Estado cumple el mandato de la fiscalización emanado de la nueva norma estatal en materia de educación superior, y Héctor Melesio Cuén Ojeda afina al PAS para la elección que viene, ya sea con o sin el apoyo de Adán Augusto López Hernández, una de las “corcholatas” que tiene el Presidente Andrés Manuel López Obrador para que lo releven.

    En este estado de cosas, empezaremos a ver en lo que resta de mayo acciones trascendentes en cada escenario de la confrontación. Cuén empezó a mover las fichas de su propio ajedrez al aparecer al frente del PAS y efectuar reuniones numerosas de sus seguidores el jueves en Culiacán y el sábado en Mazatlán (en el Centro de Convenciones donde López Hernández concentró a morenistas el 22 de abril) midiendo cómo peleará “en estos tiempos que no son fáciles”, según dijo en el discurso.

    La pregunta consiste en qué términos será repensado el “proyecto” que abandera Cuén Ojeda. Ya fue Rector de la UAS, Alcalde de Culiacán, Diputado local y ha declarado ser un empresario exitoso. ¿Él y su grupo político saldrán del control de la Universidad para hacer prevalecer ante todo la carrera cuenista hacia 2024 y 2027? ¿Si suelta el timón universitario le permitirán ser aliado de Morena, de Adán Augusto en caso de que sea candidato presidencial, y la investigación de la UIPE determinará que las propiedades acopiadas por él y su familia están en regla y no constituyen ilícitos?

    El “proyecto” culminante de la carrera política de Cuén Ojeda es ser Gobernador y nomás le queda la oportunidad de 2027. Para eso tiene al PAS, al cual el Instituto Nacional Electoral le acaba de validar 164,754 afiliados, posee también el temple que hoy lo modera en la tentación de estar siempre arriba del ring, se le mantiene encendida la “veladora” a “San Adán Augusto” y retira a sus hijos de cargos universitarios, cosa que debió haber hecho desde mucho antes. Algo debieron enseñarle los años para a la edad de 72, que cumplirá en 2027, desarrollar el “colmillo” de la astucia que lo reconfiguren a él y su propósito cumbre: tomar la estafeta que Rocha Moya dejará al concluir el sexenio.

    Esto no pretende ser un ejercicio de adivinación futurista. Pamplinas con eso. Ni siquiera contiene la obcecación de acertar. Es el acomodo de los actores y factores a unos cuantos días de que se resuelva, ya sea en las vías política, jurídica o en la intriga palaciega, el resolutivo de un episodio que definirá el destino para la entrañable UAS que a los 150 años lo mínimo que merece es un futuro libre de lastres, grilletes y con el águila rosalina libre de los obstáculos que le suspendieron el vuelo hacia la cúspide.

    Reverso

    La UAS no está para apuestas,

    Ni de pelear sólo con el ego;

    Es hora de dejar el sucio juego,

    Y de hacer las sumas y restas.

    Preguntas de Guerra

    Cada vez son más los universitarios que interrogan qué papel está jugando hoy el ex Rector Juan Eulogio Guerra Liera si fue en su período cuando la Universidad Autónoma de Sinaloa dejó de enterar al Sistema de Administración Tributaria sobre los 2,035 millones de pesos por retención del Impuesto Sobre la Renta correspondiente a 2015 y 2016, y en el mismo rectorado de 8 años por reelección compró 18 millones de pesos en tortilla en 2020, siendo el peor tiempo de la pandemia de coronavirus y de recintos universitarios en cuarentena.

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